La aplicación regular de una solución de refresco como aderezo sirve como una prevención eficaz contra las infecciones fúngicas y virales en los tomates. Muchos años de experiencia (de cinco a siete años) demuestran que este método hace que los tomates sean más fuertes y saludables.
Para preparar una planta protectora, necesitarás:
- 2 cucharadas de bicarbonato de sodio;
- 1 cucharada de aceite de girasol;
- 30-40 gramos de jabón picado.
Todos los ingredientes se deben mezclar bien en un balde de 10 litros, luego verter el líquido en un pulverizador y procesar cada arbusto de tomate. Esta fumigación crea una película protectora sobre las plantas, que las protege eficazmente de microorganismos dañinos.
Se recomienda tratar con refresco 2-3 veces por temporada.