Despertarse durante la noche es una experiencia común y puede hacer que uno se sienta cansado y frustrado al día siguiente.
Si puedes entender por qué sucede, este puede ser un primer paso importante para mejorar tu descanso.
Factores como los hábitos diarios, el estrés y los ciclos naturales del sueño pueden afectar la profundidad del sueño.
Presta atención a tu rutina y patrones, y entonces podrás afrontar los despertares nocturnos con más paciencia y confianza.
Tu entorno de sueño es fundamental para ayudarte a conciliar el sueño. Una habitación fresca, tranquila y oscura favorece un descanso más profundo y facilita la relajación del cuerpo.
Ajustes simples, como reducir el ruido, usar cortinas opacas o elegir ropa de cama cómoda, pueden crear una atmósfera más tranquila.

A medida que su espacio se siente tranquilo, volver a dormirse después de despertarse se vuelve mucho más fácil.
El equilibrio emocional es otra parte clave de un sueño saludable.
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