Desde la antigüedad, una gran tarta reúne a toda la familia. Y no se trataba sólo de una pequeña familia de padres e hijos. Las tartas eran a menudo una parte central de las celebraciones familiares numerosas.
Por ejemplo, se horneaban pasteles para bodas, el nacimiento de niños y también para ritos funerarios, donde tradicionalmente se servían pasteles de repollo.
Para niños y adultos, los pasteles eran un símbolo de acontecimientos importantes de la vida. Probablemente por eso la palabra “pastel” proviene de la palabra “fiesta”.
Hoy en día, la repostería ha perdido su exclusividad festiva, lo cual es genial porque ahora puedes hornear pasteles sin ningún motivo.
Ingredientes para la tarta de kéfir:
Huevos – 2 piezas;
Kéfir – 250 ml;
Molido – 0,5 cucharadita;
Azúcar – cucharada;
Queso – 100 g;
Salchicha – 100 g;
Harina – 450 g;
Polvo para hornear – 10 g;
Perejil – 10 g.
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