- Prepara las semillas de sésamo:
- Comience midiendo una taza de semillas de sésamo negro. Estas pequeñas semillas son fuentes inagotables de hierro y otros minerales.
- Tuesta las semillas en una sartén seca a fuego medio durante 5 a 10 minutos, revolviendo constantemente para evitar que se quemen. Tostar realza su sabor y hace que las semillas sean más fáciles de moler.
- Moler las semillas:
- Una vez enfriadas, muele las semillas de sésamo con un procesador de alimentos o un mortero hasta que formen un polvo fino. Cuanto más fino sea el polvo, más suave quedará la pasta.
- Mezclar con Miel:
- Transfiera las semillas de sésamo molidas a un bol. Agregue gradualmente aproximadamente media taza de miel o ajuste según su gusto. Mezcle bien hasta que los ingredientes formen una pasta espesa y pegajosa.
- Almacenar para su uso:
- Vierta la pasta de sésamo y miel en un recipiente hermético y guárdela en el refrigerador. Esto mantendrá la pasta fresca durante varias semanas.