Lo que realmente dice cuando un dedo se pone blanco cuando hace frío

Una corriente de aire, una brisa fresca… y ¡zas!, tus dedos se ponen pálidos, casi blancos, luego azules. Peor aún, hormiguean o se entumecen. Si esta reacción te suena familiar, debes saber que no es nada raro y, lo que es más importante, que puede enmascarar un fenómeno muy real. Tras este simple “tengo las manos frías” a veces se esconde un trastorno circulatorio que conviene comprender para poder afrontarlo mejor.

Cuando tus dedos hacen huelga contra el frío

Este extraño fenómeno tiene un nombre: síndrome de Raynaud. Muy común en mujeres (¡sí, de nuevo en nosotras!), afecta principalmente a los dedos de las manos, pero a veces también a los de los pies, la nariz, las orejas… e incluso los labios. ¿Qué ocurre exactamente? Los pequeños vasos sanguíneos se contraen repentinamente al exponerse al frío (o al estrés), reduciendo temporalmente la circulación sanguínea.

El resultado: las extremidades primero se tornan blancas, luego azules, y finalmente rojas al calentarse. Y entre cada etapa, se siente hormigueo, dolor e incluso una sensación de entumecimiento francamente desagradable.

Frío, estrés y café: los desencadenantes insospechados

 

 

 

 

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