Aunque te los ofrezcan gratis no debes tomarlos.

1. Los dientes de ajo se separan ampliamente del bulbo.

Los bulbos de ajo con dientes muy separados, incluso traspasando la piel protectora, suelen llamar la atención del comprador porque revelan dientes carnosos y parecen fáciles de pelar. Sin embargo, si planea almacenar su ajo durante un largo periodo, no debería elegir este tipo. Sin la piel protectora, son más propensos al moho, la oxidación y la germinación.

Elija bulbos de ajo con los dientes bien unidos al tallo, cubiertos con una película gruesa. Esto ayudará a limitar la exposición a factores ambientales nocivos, ralentizar la oxidación y prolongar su vida útil.

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