Fugu: peligro extremo en el plato japonés
En Japón, el fugu, el temido pez globo, es un manjar apreciado por los amantes de las emociones fuertes. Su carne es delicada, pero un paso en falso en su preparación puede ser fatal. ¡Su toxina es 200 veces más potente que el cianuro! Por eso solo chefs capacitados y certificados pueden servirlo. Y si siente un cosquilleo en la lengua… ¡es mejor avisar al camarero!
Carambola: Una fruta estrella, pero no para todos
Con su forma de estrella y su sabor ácido, la carambola es un deleite. Sin embargo, puede causar graves problemas neurológicos en personas con enfermedad renal. Entre los problemas se incluyen confusión mental y convulsiones, todo debido a una toxina natural. Si tiene riñones sensibles, es mejor consultar a un médico antes de consumirla.
Deshuesado y siembra: pequeños peligros insospechados
Un hueso de cereza o unas semillas de manzana… nada malo, ¿verdad? Bueno, al masticarlos o triturarlos, liberan amigdalina, que puede convertirse en cianuro. ¡Así que es mejor escupirlos que tragarlos!
Patatas verdes: cuidado con la solanina
Si sus patatas tienen un tono verdoso, ¡cuidado! Este color indica la presencia de solanina, una sustancia tóxica que puede causar náuseas, vómitos e incluso confusión. Una buena peladura y, ¡listo!, el peligro se ha evitado.
Anacardos crudos: falsamente inofensivos
En las tiendas, siempre los tuestan, y no es casualidad. Los anacardos crudos contienen urushiol, un irritante que también se encuentra en algunas plantas venenosas. Consumirlos así puede causar enrojecimiento, picazón… y mucho más.
Nuez moscada: una especia con efectos inesperados
Usada con moderación, la nuez moscada realza los platos. Pero en grandes dosis, ¡se vuelve alucinógena! Dos cucharaditas bastan para causar graves problemas: delirio, náuseas y desorientación que dura varios días. Manéjela con cuidado…
Setas silvestres: un juego peligroso
Cada otoño, los aficionados a las setas acaban en el hospital por recoger la seta equivocada. Algunas son mortales, como la orejona, que es casi idéntica a otras especies comestibles. A menos que seas un micólogo experimentado, es mejor limitarse a las setas comerciales.
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