A medida que envejecemos, nuestros cuerpos cambian de manera sutil: nuestra piel se adelgaza, nuestras hormonas cambian e incluso la forma en que sudamos no es la misma que solía ser.
La verdad tranquilizadora es esta: en la mayoría de los casos, no tiene nada que ver con la suciedad. Más bien, suele deberse a pequeños hábitos diarios que, sin darnos cuenta, perjudican nuestra frescura natural.
En esta guía, aprenderá acerca de 8 rutinas de baño muy comunes que pueden influir en el olor corporal… y lo que es más importante, los ajustes simples que pueden ayudarlo a sentirse cómodo y seguro nuevamente.
¿Por qué el olor corporal cambia a medida que envejecemos?
A lo largo de los años:
Nuestra piel se vuelve más fina y delicada, facilitando la instalación de bacterias.
Los cambios hormonales, especialmente después de la menopausia, afectan el funcionamiento de nuestras glándulas sudoríparas.
La exfoliación natural de la piel se ralentiza, por lo que las células muertas se acumulan más fácilmente, especialmente en pliegues o zonas olvidadas.
Esto no significa que estés sucio o que te estés “dejando llevar”.
Simplemente significa que tu cuerpo está cambiando y necesita un cuidado más suave e intencional.
8 hábitos en el baño que pueden empeorar el olor sin que te des cuenta
1. Usar demasiado jabón en la zona íntima
La piel de las zonas íntimas es mucho más sensible que la del resto del cuerpo y la vagina mantiene su propio equilibrio bacteriano y de limpieza natural.
Usando:
jabones muy perfumados
lavados internos
toallitas perfumadas con demasiada frecuencia
…puede alterar ese equilibrio, provocar irritación y, de hecho, crear olor.
Qué hacer
Lave sólo el área externa con agua tibia o un limpiador suave sin fragancia.
Evite las duchas vaginales internas.
Seque suavemente con una toalla limpia.
Cuando se trata del cuidado íntimo, menos es realmente más.
2. Reutilizar la misma toalla de baño con demasiada frecuencia

Una toalla puede parecer limpia, pero retiene la humedad, el sudor y las células muertas de la piel. En un baño húmedo, esto se convierte en un caldo de cultivo para bacterias y hongos, que se transfieren a la piel.
Consejos
Utilice una toalla no más de 2 o 3 veces.
Cuélguelo siempre completamente abierto, nunca enrollado en un gancho.
Ventile bien el baño.
Lave las toallas con frecuencia y déjelas secar completamente.
3. Descuidar el cuidado de los pies
Los pies pasan horas en calcetines y zapatos cerrados, atrapando sudor, células muertas y microbios. Esto provoca mal olor, picazón y engrosamiento de la piel.
Cómo cuidar tus pies
Lávelos diariamente con agua tibia y jabón suave, incluso entre los dedos.
Seque bien, especialmente entre los dedos.
Exfolia semanalmente con una piedra pómez o una lima suave.
Utilice polvo antimicótico si utiliza zapatos cerrados con frecuencia.
Cambie los calcetines a diario y elija materiales transpirables.
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