Todos los huevos que compras en el supermercado tienen una fecha de caducidad recomendada que viene indicada en su envase.
Además, la normativa francesa exige que el distribuidor deje de vender huevos 7 días antes de la fecha mínima de durabilidad (Ddm) escrita en el envase, como se explica en el sitio web de Femme Actuelle.
Pero si se abastece de huevos del gallinero, no se indica la fecha de caducidad recomendada. Por ello, debes saber que la fecha de caducidad (Dlc) es como máximo de 28 días después del día de la colocación.
Sin embargo, los huevos se pueden almacenar en el refrigerador durante un mes después de la fecha de caducidad recomendada, que es 58 días después del día en que fueron puestos, si las cáscaras no están agrietadas ni rotas. Almacenar los alimentos en óptimas condiciones ayuda a mantener su frescura, evitar el moho y luchar activamente contra el desperdicio de alimentos.
El cumplimiento de la cadena de frío y los plazos es necesario para evitar organismos patógenos que supongan un riesgo para la salud. Así, guardar los huevos en el frigorífico ayuda a conservar su sabor y sus cualidades nutricionales y previene el crecimiento de bacterias.
Sin embargo, definitivamente no debes lavar los huevos que no se van a comer inmediatamente, ya que esto corre el riesgo de que pierdan la película protectora que les deja la gallina. Pero si las fechas no están en el empaque, es necesario buscar otras formas de saber si están vencidas.
2. Huele el huevo
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