El año pasado ya me enfrenté a un problema similar, luego vino al rescate el aceite de clavo, que compramos en el Jardín Botánico Nikitsky. A diferencia del aceite diluido normal, era puro y concentrado.
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Después de rociar aceite de clavo en las cortinas y redes, además de colocar bolas de aceite de semilla de algodón cerca de las ventanas, noté que las moscas comenzaron a desaparecer. Poco a poco, toda la casa quedó libre de ellos.
Al final, parece que a las moscas no les gustó y se fueron volando hacia vecinos más tolerantes. Lo siento, vecinos, nada personal, sólo supervivencia.