Verter 200 g de harina en un recipiente hondo, añadir 100 g de mantequilla fría, cortar en trozos, frotar bien con las manos hasta obtener migajas finas.
Agrega 1 cucharadita. con un chorrito de levadura, 50 g de azúcar, 3 yemas de huevo, mezclar, agregar todo el resto de la harina, amasar una masa suave.
Una fuente para horno de 20 x 30 cm o 25 x 30 cm, puedes utilizar una hoja normal, forrarla con papel pergamino.
Estirar la masa en capa fina, según el tamaño del molde, colocarla en el molde, extenderla por toda la superficie.
Coloca las bayas congeladas encima de la masa, repartidas por toda la superficie.
Mezclar en un recipiente hondo 4 claras de huevo, 125 g de azúcar glass, batir bien con una batidora, poner encima las bayas, espolvorear con 60 g de almendras.
Precalienta el horno a 180 grados.
Hornea el bizcocho durante 40 minutos. Si las claras empiezan a quemarse, cúbrelas con una hoja de papel de aluminio.
Prepara la nata. En una cacerola pequeña mezclar 250 ml de leche, 50 g de azúcar, 1 paquete de azúcar de vainilla, 1 yema, 1 cucharada. almidón, 1 cucharada. harina, mezclar, poner a fuego pequeño, hervir hasta que espese, revolviendo constantemente, enfriar por completo.
Saca el pastel terminado del horno, córtalo en 2 partes y colócalo en un plato bonito.
Batir 100 g de mantequilla a temperatura ambiente en un recipiente hondo con una batidora, agregar la nata enfriada, batiendo constantemente.
Engrasar un bizcocho con nata, cubrir con otro, enviar el bizcocho al frigorífico para que se remoje durante varias horas.
Cortar en trozos pequeños antes de servir.
¡Buena suerte!