Una niña obesa fue entregada a un granjero pobre como “castigo”. Ella no sabía que él poseía miles de…

Cercas bien cuidadas se extendían hasta el horizonte, y podía ver ganado pastando en pastizales lejanos. La casa en sí, aunque sencilla, estaba impecablemente limpia y sorprendentemente espaciosa. La cocina era grande y acogedora, con una enorme estufa de leña y una robusta mesa de roble con capacidad para ocho personas cómodamente.

—Sé que no es elegante —dijo Thomas disculpándose—, pero hemos intentado que sea cómodo. Su habitación está arriba, en la primera puerta a la derecha. Tiene total privacidad y todas las puertas tienen cerradura.

A Margaret le sorprendió esta consideración. Había esperado que la trataran como poco más que una ayudante sin sueldo. Samuel Brennan habló por primera vez, con una voz cálida y paternal.

Margaret, querida, quiero que sepas que Thomas es un buen hombre. Nunca hará nada que te incomode ni te asuste. Ambos esperamos que, con el tiempo, llegues a considerar este lugar como tu verdadero hogar.

Esa noche, mientras Margaret se sentaba a la mesa de la cocina compartiendo una sencilla pero deliciosa comida de carne asada y verduras, empezó a comprender que sus suposiciones sobre su nueva vida podrían ser erróneas. Thomas y su padre la trataron con un respeto que ella nunca había experimentado. Le preguntaron por sus intereses, escucharon sus respuestas y parecían genuinamente interesados ​​en sus pensamientos y opiniones.

Cuando mencionó que disfrutaba leyendo, el rostro de Thomas se iluminó de placer. «Tenemos una buena colección de libros en la sala», dijo con entusiasmo. «No dudes en pedir prestado cualquier cosa que te interese».

Me encantaría saber qué opinan. Durante las semanas siguientes, Margaret descubrió que la vida en la granja Brennan era diferente a todo lo que había experimentado. Thomas se levantaba antes del amanecer todos los días para atender sus responsabilidades, pero siempre se aseguraba de que ella tuviera todo lo que necesitaba.

Nunca le exigió tiempo ni atención, sino que le dio espacio para explorar su nuevo entorno y encontrar su lugar en la rutina doméstica. Poco a poco, Margaret comenzó a comprender el verdadero alcance de la operación Brennan. Lo que parecía una simple granja familiar era en realidad una importante empresa agrícola…

Thomas poseía miles de acres de tierras agrícolas de primera calidad, criaba varios cientos de cabezas de ganado y tenía contratos lucrativos con compradores en tres estados diferentes. ¿Por qué nunca corrigiste las suposiciones de mi padre sobre tu situación financiera?, preguntó Margaret una noche mientras estaban sentados en el porche viendo la puesta de sol. Thomas guardó silencio un largo rato, con las manos cruzadas sobre el regazo.

Tu padre dejó claro que buscaba una solución a sus problemas financieros, no un marido que cuidara a su hija. Pensé que si supiera la verdad sobre nuestras propiedades, podría tener otras motivaciones para el acuerdo. ¿Y cuáles fueron tus motivaciones?, preguntó Margaret en voz baja.

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