- Precalienta el horno a 200°C (400°F). Engrasa y enharina 4 moldes pequeños para soufflé o ramequines.
- Derrite el chocolate: En un recipiente, derrite el chocolate y la mantequilla juntos, ya sea en el microondas en intervalos de 30 segundos o en baño maría. Revuelve hasta obtener una mezcla suave.
- Bate los huevos: En un bol aparte, bate los huevos, las yemas de huevo, el azúcar y la esencia de vainilla hasta que la mezcla esté espumosa y haya aumentado de volumen.
- Incorpora el chocolate: Vierte la mezcla de chocolate derretido en los huevos batidos y mezcla bien. Luego, agrega la harina y la pizca de sal, y mezcla suavemente hasta que todo se integre.
- Rellena los moldes: Divide la mezcla entre los moldes preparados. No los llenes completamente; deja un poco de espacio en la parte superior.
- Hornea: Coloca los moldes en el horno y hornea durante 10-12 minutos. La parte superior debe estar firme, pero al insertar un palillo o cuchillo en los bordes, debería salir limpio. El centro debe estar líquido.
- Servir: Deja enfriar un poco antes de servir. Al partir el pastel, el centro debería fluir como un delicioso tesoro de chocolate fundido.
Este pastel, con su corazón derretido, es el “tesoro bajo tierra” que promete sorprender y deleitar a cualquiera. Puedes acompañarlo con helado de vainilla o frutas frescas para darle un toque aún más especial.
¿Qué te parece? ¿Te atreves con este postre como un verdadero tesoro de la cocina?