1. Carameliza la cebolla
Pela la cebolla y córtala en plumas bien finas. Pon al fuego una sartén amplia con un poco de aceite de oliva y pocha la cebolla en ella, a fuego medio. Sálala a tu gusto y remueve de vez en cuando. Cuando esté transparente, añade 4 cucharaditas de azúcar moreno y un poco de vinagre balsámico de Módena. Sigue cocinando hasta que la cebolla esté bien pochada y rubia.
2. Saltea los champiñones
En la misma sartén en la que has caramelizado la cebolla saltea los champiñones. Añade un poco de sal y, si sueltan mucha agua, retírala para que no queden aguados.
3. Mezcla los champiñones y la cebolla
Cuando los champiñones estén ya cocinados, agrega la cebolla a la sartén y da un par de vueltas para que se mezclen bien.
4. Casca los huevos
Casta cuatro huevos en un bol amplio, añade una pizca de sal para cada uno y bátelos con un tenedor. Agrega los champiñones y la cebolla caramelizada y mezcla bien con el huevo batido.
5. Cuaja la tortilla
Pon una cucharada de aceite en una sartén limpia y cuando esté caliente, vierte la mezcla de huevos, champiñones y cebolla. Deja que la tortilla cuaje, a fuego medio, durante 3 o 4 minutos y dale la vuelta con un plato llano o con la tapa de la sartén. Cuaja la tortilla por el otro lado, remetiendo los bordes con la espátula para que quede bien redondeada. A los 4 o 5 minutos, dale la vuelta de nuevo. Repite el proceso y alarga la cocción hasta que la tortilla esté en el punto de cocción deseado.
