Abres los chiles de un lado le sacas la semilla , le pones un camarón crudo adentro y una rebanada de queso mozarella o cualquiera que haga hebra
Cubres con el tocino y se pone a asar al carbón o en parilla
con teflón.
Ya asados los ponemos ahogados en salsa negra.
Crujientes por fuera, suaves y jugosos por dentro, y lo picoso es un volado que vale la pena jugar.
No hay más que explicar, simplemente son deliciosos, dos mordidas de gloria.
UNA DELICIA!.