Aconsejar:
La forma tradicional de preparar tomates en aceite es secarlos al sol. Para ello, córtelas por la mitad, colóquelas sobre un paño limpio y espolvoréelas con sal, luego colóquelas en el balcón o en el jardín, expuestas al sol, durante 7-10 días, dándoles la vuelta a los 4-5. días. Una vez secos, hervirlos durante 2-3 minutos en una solución de agua y vinagre, para eliminar impurezas, y dejar secar otros dos días al sol antes de pasarlos a frascos de vidrio.
Si tienes deshidratador, simplemente lava los tomates con cuidado, en este caso preferiblemente datterini o cherry, córtalos por la mitad y colócalos en las bandejas adecuadas. Sazonarlos con una pizca de sal, poner la secadora a 65°C y dejar secar al menos 24-36 horas, teniendo cuidado de revisarlos de vez en cuando. Una vez secos guárdalos en frascos de vidrio.
Si lo deseas, puedes condimentar los tomates secos con los aromas que prefieras: albahaca, orégano, tomillo, menta, pimienta o guindilla, o dejarlos al natural para hacerlos más versátiles.
Para optimizar tiempos, puedes utilizar tomates ya secos: en este caso bastará escaldarlos en agua y vinagre, saltándote la fase de cocción en el horno.
Almacenamiento:
Los tomates secos en aceite se pueden conservar durante unos 3 meses en la despensa, en un lugar seco, alejado de fuentes de luz y calor. Una vez abiertos se pueden conservar en el frigorífico y consumir en un plazo de 3-4 días, asegurándonos de cubrirlos siempre con aceite de oliva virgen extra.