Preparación del almíbar:
En un cazo mezclar 50 g de azúcar con 200 ml de agua. Calienta a fuego medio hasta que el azúcar se disuelva por completo, sin dejar que se caramelice. Reserva este almíbar para remojar los tocadores.
Elaboración de la crema de mascarpone:
En otro cazo mezclamos 100 g de azúcar y 50 ml de agua. Calentar hasta obtener un almíbar.
Mientras tanto, bata vigorosamente las yemas de huevo en un bol. Cuando el almíbar esté listo, viértelo poco a poco sobre las yemas sin dejar de batir. Esto cocinará ligeramente los huevos y los hará seguros para comer.
A continuación añade el mascarpone batiendo poco a poco hasta obtener una crema tersa y homogénea.
Preparación de las fresas:
Lavar las fresas, pelarlas y cortarlas en trozos pequeños. Mézclalos con el jugo de un limón y una cucharada de azúcar. Este paso potenciará el sabor de las fresas y les dará una textura ligeramente confitada.
Montaje del tiramisú:
Sumerja rápidamente los bizcochos en el almíbar preparado y coloque una capa de estos bizcochos empapados en el fondo de un plato.
Untar una capa de crema de mascarpone sobre los bizcochos.
Untar una capa de fresas sobre la nata.
Pica el chocolate blanco en trozos grandes y espolvorea un poco sobre las fresas.
Repite estas capas hasta que te quedes sin ingredientes, terminando con una capa de crema de mascarpone. Adorne la parte superior con las fresas restantes y las chispas de chocolate blanco.
Consejos adicionales:
Para obtener una textura aún más aireada de la nata, puedes incorporar delicadamente claras de huevo batidas a la crema de mascarpone.
Deja reposar el tiramisú en el frigorífico durante al menos 4 horas, idealmente durante la noche, para permitir que los sabores se unifiquen y la textura se endurezca.
Conclusión
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