Tarta deliciosa de pocos ingredientes que se deshace en la boca ¡receta de la abuela polaca!

Preparación

  1. En una olla, calienta la leche, el agua y la manteca hasta derretir. Retira y añade poco a poco la harina mezclada con la levadura y sal, revolviendo constantemente. Una vez integrado, incorpora los huevos uno a uno, mezclando bien tras cada adición.
  2. Divide la masa en dos partes iguales. Estira cada porción formando dos rectángulos del mismo tamaño y colócalos en dos bandejas previamente engrasadas o con papel manteca. Hornea en un horno precalentado a 180°C hasta que estén doradas.
  3. Para la crema, en un bol combina los huevos, azúcar y harina. Calienta la leche en una olla sin llegar a hervir. Añade gradualmente la leche caliente a la mezcla de huevos, removiendo constantemente. Vuelve al fuego, remueve hasta espesar. Al apagar, incorpora la manteca en trozos, mezclando hasta obtener una crema homogénea.
  4. Una vez cocidas las masas y enfriadas, coloca una de las capas de masa en un plato. Vierte la crema encima y cubre con la otra capa de masa, presionando suavemente.

El resultado es una tarta exquisita que combina la textura aireada de la masa con la suavidad cremosa del relleno. Una verdadera delicia que trasciende fronteras y une generaciones. Al servirla, cada bocado se convierte en un viaje de sabor y tradición. ¡A disfrutar!

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