Precalienta el horno. Ponlo a 180 °C mientras preparas la tarta.
Engrasa el molde. Usa un molde para tartas o una fuente para horno y pincela la base con un poco de mantequilla derretida.
Coloca la masa filo. Apila las hojas de masa filo en el molde, pincelando cada una con mantequilla derretida para evitar que se sequen. Deja que los bordes sobresalgan ligeramente del molde. Si usas masa de hojaldre, extiéndela en el molde sin olvidarte de engrasarlo previamente.
2. Prepara el relleno
Mezcla los ingredientes. En un bol, combina el requesón, los huevos, la crema de leche y una pizca de sal. Bate bien hasta obtener una mezcla homogénea.
Vierte el relleno. Coloca la mezcla de queso sobre la masa filo en el molde, distribuyéndola de manera uniforme.
3. Cierra la tarta
Cubre el relleno. Si usas masa filo, dobla los bordes sobrantes hacia el centro para cubrir ligeramente el relleno. Para masa de hojaldre, extiende una capa adicional sobre el relleno, sellando bien los bordes.
Pincela con huevo. Bate el huevo y pincela la superficie para darle un acabado dorado y brillante.
4. Hornea
Cocción. Lleva la tarta al horno precalentado y hornea durante 35-40 minutos, o hasta que la superficie esté dorada y crujiente.
Reposa. Deja enfriar la tarta durante 10 minutos antes de desmoldarla y servirla.
Consejos para un resultado perfecto
Evita que la masa filo se seque. Trabaja rápido con la masa y cúbrela con un paño húmedo mientras la manipulas.
Ajusta la sal. Si usas un queso más salado, reduce la cantidad de sal en la receta.
Textura extra. Si deseas un toque dulce, espolvorea un poco de azúcar sobre la superficie antes de hornear.