- Preparar el relleno: Lava bien las hojas de espinaca y sécalas. En una sartén, calienta la cucharada de aceite de oliva a fuego medio y sofríe la cebolla y el ajo hasta que estén tiernos y fragantes. Añade las hojas de espinaca y, si deseas, el puerro. Cocina hasta que las espinacas estén bien marchitas. Retira del fuego y mezcla con la ricotta desmenuzada. Condimenta con sal y pimienta negra al gusto y reserva.
- Preparar la masa en licuadora: En la licuadora, coloca los huevos, la leche, el aceite, la harina de trigo, el queso parmesano rallado, el polvo para hornear y una pizca de sal. Licúa a velocidad media hasta obtener una mezcla homogénea y sin grumos.
- Montar la tarta: Precalienta el horno a 180 °C (350 °F). En un molde para tartas previamente engrasado, vierte la mitad de la masa licuada, si es que quieres que la tarta tenga tapa. Luego, añade el relleno de espinacas y ricotta, distribuyéndolo de manera uniforme sobre la masa. Vierte el resto de la masa sobre el relleno, cubriéndolo completamente.
- Pincelar y hornear: En un tazón pequeño, mezcla la yema de huevo con una cucharada de aceite de oliva. Pincela la superficie de la tarta con esta mezcla para darle un color dorado al hornearse. Lleva la tarta al horno y cocina durante unos 35-40 minutos, o hasta que esté dorada y firme al tacto.
- Servir: Deja reposar unos minutos antes de cortar y servir. Esta tarta de espinaca es deliciosa tanto caliente como a temperatura ambiente.
Consejos adicionales
- Variedad de quesos: Si quieres un toque extra de sabor, puedes añadir un poco de queso rallado (como mozzarella o gouda) al relleno junto con la ricotta.
- Personaliza el relleno: Si deseas agregar más vegetales, el pimiento rojo asado o champiñones en rodajas finas combinan muy bien con la espinaca.
- Congela porciones: Esta tarta se puede congelar en porciones individuales. Solo necesitas recalentarla en el horno para disfrutarla de nuevo.
Esta receta de tarta de espinaca es tan fácil y deliciosa que querrás hacerla una y otra vez. ¡Disfrútala!