Removemos bien y cuando todos los ingredientes se han mezclado tapamos el bol con un film y lo metemos en el frigorífico durante media hora para que repose la masa.
Cuando hayan pasado 20 minutos desde que introducimos el bol en el frigorífico ponemos a precalentar el horno a 180º C., con calor por arriba y por abajo. A continuación batimos las claras que tenemos en el frigorífico a punto de nieve y se las añadimos poco a poco a la masa que tenemos en reposo. Removemos con movimientos envolventes.
Forramos un molde con papel de hornear y vertemos la masa en el molde. Después, horneamos durante una media hora y una vez transcurrido este tiempo dejamos reposar cinco minutos. Pinchamos la tarta con un palillo. Si sale limpio la tarta está hecha, pero si no horneamos diez minutos más, a 160º C.
Ya solo queda decorar la tarta. Una vez se ha enfriado el bizcocho lo partimos por la mitad dando un corte horizontal y untamos un poco de leche condensada y añadimos un poco de coco. Después, colocamos el otro trozo del bizcocho encima y volvemos a repetir la operación, extendiendo un poco de leche condensada y poniendo encima coco rallado. ¡Deliciosa!