1. Vinagre blanco y bicarbonato de sodio:
Mezcla 2 tazas de vinagre blanco con 1 taza de bicarbonato de sodio en un recipiente.
Sumerge las cucharas y los tenedores en la solución y déjalos en remojo durante 15 a 30 minutos.
Luego frótalos con una esponja suave o un paño de microfibra.
Enjuáguelos con agua limpia y séquelos con un paño limpio.
2. Jugo de limón:
Frota tus cucharas y tenedores con un limón cortado por la mitad.
Deje actuar el jugo de limón durante 5 a 10 minutos.
Enjuáguelos con agua limpia y séquelos con un paño limpio.
3. Pasta de dientes:
Aplique pasta de dientes a una esponja suave o un paño de microfibra.
Frote sus cucharas y tenedores con la pasta de dientes.
Enjuáguelos con agua limpia y séquelos con un paño limpio.
4. Sal:
Humedece tus cucharas y tenedores con un poco de agua.
Espolvoréalos con sal.
Frótelos con una esponja suave o un paño de microfibra.
Enjuáguelos con agua limpia y séquelos con un paño limpio.
5. Jabón de Marsella:
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