- Cocinar la calabaza: Corta la calabaza en trozos y colócala en una cacerola con suficiente agua para cubrirla. Cocina a fuego medio durante 10 minutos, o hasta que la calabaza esté tierna.
- Preparar la mezcla dulce: Mientras la calabaza se cocina, mezcla el azúcar, la leche condensada y la leche en un recipiente aparte.
- Hidratar la gelatina: Disuelve la gelatina en 80 ml de agua tibia y déjala reposar hasta que se hidrate completamente.
- Mezclar todo: Una vez que la calabaza esté lista, agrégala a la mezcla de leche y azúcar. Añade la gelatina disuelta y remueve bien para integrar todos los ingredientes.
- Enfriar el postre: Vierte la mezcla en un molde y refrigera durante al menos 5 horas para que adquiera consistencia.
Consejos adicionales:
- Variedad de sabores: Puedes añadir un toque de canela, nuez moscada o esencia de vainilla para darle un sabor más especiado.
- Textura: Si prefieres un postre más cremoso, añade un poco de nata o crema de leche a la mezcla.
- Alternativa sin azúcar: Sustituye el azúcar por edulcorantes naturales como la Stevia o el sirope de agave.
- Decoración: Para un acabado especial, decora el postre con trozos de nueces, coco rallado o un poco de chocolate rallado por encima.
- Versión vegana: Reemplaza la leche y la leche condensada por versiones vegetales, como leche de almendra o de coco, y utiliza gelatina vegetal (agar-agar) en lugar de gelatina convencional.
Este postre es ideal para ocasiones especiales o para sorprender a la familia con un dulce rápido y delicioso, aprovechando la temporada de calabaza. ¡A disfrutar!