Sofía lloró en su propia boda tras casarse con un hombre mayor y rico para salvar a su familia. En su noche de bodas, él fue al baño… y cuando salió, Sofía casi se desmaya.

Sofía lo abrazó impulsivamente.

Fue un abrazo breve… pero ninguno quería soltarse.

Cuando finalmente lo hicieron, algo había cambiado entre ellos.

—Esteban… —susurró—. Creo que quiero intentar que esto funcione.

La miró como si no pudiera creer lo que oía.

“No te sientas obligado.”

—No es una obligación —respondió con seguridad—. Es una elección.

Ese fue el comienzo de una relación real. Sofía empezó a conocer al hombre detrás del empresario; él empezó a confiar en que el pasado no determinaba su futuro.

Meses después, en una cena sencilla, Esteban le tomó la mano.

“Gracias por darme una oportunidad que no merecía”, dijo.

Ella sonrió.

Todos merecemos ser amados por quienes realmente somos.

Y así, lo que comenzó como un doloroso sacrificio terminó convirtiéndose en una historia de redención, comprensión y un amor que ninguno de los dos esperaba encontrar.

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