Sin embargo, existen otros factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de contraer una infección por hongos en las uñas. Por ejemplo, enfermedades crónicas como la diabetes, que pueden comprometer la salud de las uñas y aumentar la susceptibilidad a infecciones.
Traumatismo en la uña, como una lesión o fractura, que puede dañar la superficie de la uña y crear un punto de entrada para los hongos. Un sistema inmunológico debilitado, por ejemplo debido a una enfermedad o a medicamentos inmunosupresores, puede hacer que el cuerpo sea menos capaz de combatir infecciones.
Hábitos poco saludables como fumar o una dieta desequilibrada pueden comprometer la salud general del cuerpo y de la piel. Además, ciertos hábitos diarios pueden aumentar el riesgo de desarrollar hongos en las uñas:
use zapatos ajustados o zapatos con punta estrecha;
no lavarse los pies con regularidad;
séquese bien los pies o las manos después de la ducha o el baño;
cortar las uñas de forma irregular;
no limpiarlos adecuadamente.
No te cambies los calcetines todos los días ni uses calcetines sintéticos que no dejen que tu piel respire. Por último, es importante señalar que los hongos en las uñas pueden ser muy contagiosos. Por ello, es fundamental tomar las precauciones necesarias para prevenir la propagación de la infección, como evitar compartir toallas o calcetines, no caminar descalzo en lugares públicos y utilizar productos para los pies que contengan ingredientes antimicóticos.
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