- En un bol pequeño, mezcla la levadura seca con el azúcar y un poco del agua tibia. Deja reposar durante unos 10 minutos hasta que la mezcla se vuelva espumosa. Esto indica que la levadura está activada.
- En un bol grande, tamiza la harina de trigo y añade la sal. Mezcla bien para distribuir uniformemente la sal en la harina.
- En el bol con la harina, haz un hueco en el centro y añade la mezcla de levadura, el resto del agua tibia, el vinagre y el aceite de oliva. Mezcla todos los ingredientes hasta obtener una masa homogénea.
- Vuelca la masa sobre una superficie ligeramente enharinada y amásala durante unos 10-15 minutos hasta que se vuelva suave y elástica. Este paso es crucial para desarrollar el gluten, lo que ayudará a que el pan sea esponjoso.
- Coloca la masa en un bol ligeramente aceitado y cúbrela con un paño húmedo o film plástico. Deja reposar en un lugar cálido durante aproximadamente 1 hora, o hasta que la masa haya duplicado su tamaño.
- Después de la primera fermentación, desinfla la masa con suavidad y dale forma de hogaza o colócala en un molde para pan previamente engrasado.
- Cubre nuevamente la masa y deja reposar durante unos 30-45 minutos hasta que haya vuelto a aumentar su tamaño.
Horneado
- Precalienta el horno a 220°C (430°F). Realiza unos cortes superficiales en la parte superior del pan con un cuchillo afilado para permitir que el vapor escape durante la cocción. Hornea el pan durante unos 25-30 minutos, o hasta que la corteza esté dorada y el pan suene hueco al golpear la base.
- Saca el pan del horno y déjalo enfriar sobre una rejilla antes de cortarlo. Esto permite que el pan termine de cocinarse por dentro y que se asienten los sabores.
¡Y ahí lo tienes! Un pan esponjoso y delicioso, gracias al sencillo pero efectivo truco del vinagre. ¡Disfruta de tu pan casero!
Consejos
- Usa agua tibia para activar la levadura: Asegúrate de que el agua esté tibia, no caliente ni fría. El agua tibia (alrededor de 37°C o 98°F) es ideal para activar la levadura, lo que ayudará a que el pan fermente adecuadamente y se vuelva esponjoso.
- Amasa bien la masa: Dedica tiempo a amasar la masa correctamente. Esto ayuda a desarrollar el gluten en la harina, lo que le dará al pan su textura esponjosa. Si tienes una batidora con gancho para masa, úsala para facilitar este proceso.
- Deja fermentar en un lugar cálido: Coloca la masa en un lugar cálido y sin corrientes de aire para que fermente. Un horno apagado con la luz encendida o una esquina cálida de la cocina son lugares ideales. La temperatura adecuada ayudará a que la masa suba bien.
- No te saltes el vinagre: El vinagre es clave en esta receta para obtener un pan esponjoso. No solo ayuda a que la masa suba mejor, sino que también mejora la textura y la miga del pan. Usa el tipo de vinagre que prefieras, pero no omitas este ingrediente.