Ha llegado la hora de los mosquiteros y por eso saqué el mío. Tomó con cuidado el primero por las manijas para dejarlo, y luego se desmoronaron como artefactos antiguos.
Intenté meter los dedos en la malla. No funcionó, solo el mango se rompió desde la raíz. Era necesario pensar en algo rápidamente.
Inicialmente, los mangos de plástico eran bastante blandos y el material del que estaban hechos se parecía más a una tapa de nailon para frascos.
Por eso, decidí hacer nuevas orejas con este material.