- Lava muy bien las frutillas. Si son grandes, puedes cortarlas. Limpia los tallos y sépalos.
- Coloca las frutillas en un recipiente con agua fría y déjalas reposar durante 5 minutos. Luego, enjuágalas con agua corriente.
- En un recipiente grande, combina las frutillas peladas con una cantidad de azúcar igual a su peso (3 kg de fresas = 3 kg de azúcar). Deja reposar durante 3 a 5 horas, revolviendo ocasionalmente.
- Luego de la maceración, coloca las frutillas junto con el azúcar en frascos de vidrio limpios y secos.
- Asegúrate de que las tapas de los frascos estén bien cerradas para evitar la entrada de aire.
- Guarda los frascos en un lugar fresco y oscuro.
¡Y eso es todo! Con estos simples pasos, tendrás frutillas deliciosamente conservadas que mantendrán su sabor y frescura. Aprovecha esta receta para disfrutar de las frutillas durante todo el año y comparte la alegría de esta conserva casera con tus amigos y familiares.