Enjuague bien la cabeza de coliflor con agua fría.
Divídalo con cuidado en floretes.
En una olla grande con agua hirviendo sazonada con sal y una pizca de nuez moscada, cocine los floretes de coliflor hasta que estén al dente. Esto debería tardar entre 5 y 7 minutos.
Retire los floretes con una espumadera y déjelos secar al vapor o séquelos con un paño de cocina para eliminar el exceso de humedad.
Prepara la masa:
En un tazón, bata los huevos y la mantequilla derretida hasta que estén espumosos.
Agrega el ajo picado, la sal, el pimentón, un toque de nuez moscada y tamiza poco a poco la harina de trigo. Revuelve todo hasta lograr una masa suave y consistente.
Cubra la coliflor:
Una vez que los floretes de coliflor se hayan enfriado un poco y sean manejables al tacto, sumérjalos y enróllelos en la masa preparada. Asegúrese de que cada florete esté cubierto uniformemente.
Hornear:
Precalienta el horno a 190 °C (375 °F) con la configuración tanto en la temperatura superior como en la inferior.
Coloque los floretes de coliflor rebozados en una bandeja para hornear engrasada, asegurándose de que estén espaciados uniformemente.
Hornee en el horno precalentado en la rejilla del medio durante unos 20 minutos, o hasta que los floretes estén dorados y crujientes.
Atender:
Una vez hecha, retira la bandeja del horno y deja enfriar la coliflor unos minutos antes de servir. Esto permite que los floretes queden aún más crujientes.
Disfrute de su coliflor crujiente al horno tal cual o combínela con su salsa favorita para darle un toque extra de sabor. Ya sea que la sirva a sus invitados, la disfrute como un refrigerio nutritivo o la agregue como acompañamiento a su comida principal, esta receta de coliflor es una forma deliciosa de incorporar más verduras a su dieta. No olvides compartir tu experiencia y cualquier giro personal que hayas agregado a la receta en los comentarios a continuación.