No todas las caricias significan lo mismo. A veces, tu gato te saluda después de tu ausencia. Otras veces, intenta llamar tu atención para que le des de comer, juegues o le des mimos.
Si el frotamiento está iniciado por un maullido o tu gato te lleva hacia su plato, podría estar diciendo: “¡Aliméntame, por favor!”
Si sucede cuando estás sentado tranquilamente, podría estar pidiendo cercanía o consuelo.
Aprender a detectar estas pequeñas diferencias le ayudará a comprender mejor las necesidades emocionales de su gato.
Aunque es tentador abrazar a tu gato, la mayoría prefiere el cariño a su manera. Si tu gato te acaricia una vez y se aleja, déjalo ir. Ese breve toque ya era significativo en su mundo.
Los gatos valoran la libertad: respetar sus límites es una de las mejores maneras de ganarse su confianza.

Cada vez que tu gato se frota contra ti y respondes con suavidad, refuerzas un patrón positivo. Tu gato sabe que acercarse a ti le brinda consuelo y afecto. Con el tiempo, esto fortalece su conexión emocional y hace que tu gato sea más seguro y cariñoso.
Cuando un gato se frota contra ti, te ofrece más que contacto físico: te comparte confianza, afecto e incluso te acepta como parte de su mundo.
Lo mejor que puedes hacer es responder con amabilidad:
Porque para tu gato, esa simple caricia no se trata solo de tacto: es una forma tranquila de decir: “Te amo y me siento seguro contigo”.