Preparación
- Comienza pelando la calabaza y cortándola en rodajas finas. Una vez cortada, colócala en un colador, sálala y coloca un peso encima, como un cazo lleno de agua. Deja escurrir durante toda la noche para que suelte el exceso de agua.
- Al día siguiente, en una cacerola, combina el agua, el vinagre, las hojas de laurel y las rodajas de calabaza. Lleva esta mezcla a ebullición y continúa cocinando por tres minutos adicionales.
- Retira las rodajas de calabaza y colócalas sobre papel absorbente. Permíteles secar por al menos dos horas.
- Una vez secas, llena frascos esterilizados con las rodajas de calabaza, añade el ajo picado, espolvorea con orégano y cubre con aceite de oliva hasta el tope. Es importante que la calabaza quede completamente sumergida en el aceite.
- Una vez llenos, cierra bien los frascos y déjalos reposar de 1 a 2 días antes de consumir. Para un almacenamiento prolongado, puedes hervir los frascos cerrados durante 20 a 30 minutos en una cacerola grande con agua. Luego, déjalos enfriar boca abajo y guárdalos en un lugar oscuro y fresco. De esta manera, la calabaza en aceite puede durar hasta un mes.
Consejo:
Este método de conservación, además de ser delicioso, permite aprovechar al máximo las propiedades y sabor de la calabaza.
Es una manera excelente de tener a mano una guarnición versátil y sabrosa para cualquier ocasión. ¡Anímate a probarla!