Tamizar la harina en un bol grande, añadir la sal, el azúcar, la levadura y mezclar con una cuchara de madera. Agrega agua tibia y aceite y comienza a mezclar. Si la masa queda demasiado húmeda añadir más harina (nosotros añadimos 50 g de harina).
Cuando te resulte difícil mezclar con una cuchara, empieza a amasar con las manos. Debes obtener una masa lo suficientemente dura para formar, suave y no pegajosa.
Retirar la masa del bol, engrasar la mesa con un poco de aceite y amasar un poco más sobre la mesa. Agrega 2-3 cucharadas de aceite, introduciéndolo poco a poco mientras amasas. Coloca la masa en un bol, cubre con film transparente y deja reposar durante 1 hora o hasta que doble su tamaño.
Pasada 1 hora, pon la masa sobre la encimera y divídela en 7 partes iguales o más (como más te guste). Engrase ligeramente la encimera y forme una bola con cada pieza. Enrolla cada bola hasta tener un hilo de aprox. 70cm.
Dobla cada cordón por la mitad, gira 2 partes por la mitad, luego pega los extremos, formando un círculo y así un pretzel. Haz lo mismo con las otras partes.
Agrega bicarbonato de sodio a una cacerola con agua caliente a fuego lento. Con un batidor, sumerja un panecillo a la vez en la solución hirviendo. Dejar actuar máximo 10 segundos, luego retirar, también con la espuma (mover un poco para escurrir el agua) y colocar en la bandeja previamente preparada.
Espolvorea cada pretzel con semillas de amapola, semillas de sésamo, sal o lo que sea. Dejar cocer en el horno precalentado a 200°C/vel 4 durante 20 minutos o hasta que esté bien dorado.