La cultura japonesa es rica en rituales y costumbres que cautivan e intrigan al mundo. Entre estas fascinantes tradiciones se encuentra el uso de la sal en lugares insólitos, como el baño. Pero ¿cuál es el significado detrás de esta enigmática práctica?
Orígenes antiguos: la lucha contra los espíritus malignos En la cultura japonesa, la sal no es sólo un condimento para la comida, sino que también tiene una profunda importancia simbólica. En el pasado, los japoneses atribuían la mayoría de los problemas y enfermedades a los espíritus malignos. Así, la sal se convirtió en una herramienta de purificación y protección contra estas influencias nocivas.
Un arma contra la humedad y los malos olores En un país donde los veranos son calurosos y húmedos, y donde el moho puede proliferar, la sal también encuentra un uso práctico. Gracias a sus propiedades absorbentes, la sal se utiliza para combatir los olores desagradables y prevenir el crecimiento de hongos en los espacios interiores, especialmente en los baños.
Rituales y creencias antiguas La presencia de la sal en los rituales japoneses es omnipresente. Antes de un combate de sumo, por ejemplo, los luchadores espolvorean sal sobre el ring para purificar el espacio y protegerlo de las malas energías. Asimismo, durante las ceremonias conmemorativas, suele colocarse un recipiente con sal en el altar para honrar al difunto y protegerse de los espíritus malévolos.
La sal como amuleto de la felicidad En los hogares japoneses, la presencia de sal se considera protección contra las influencias negativas. Los lugareños colocan bolsas de sal en varios lugares, incluido el baño, para purificar el ambiente y atraer la felicidad. Esta práctica está profundamente arraigada en la creencia de que la sal puede ahuyentar a los malos espíritus y promover el bienestar.
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