POLLO ASADO AL HORNO


1. Saca el pollo de la nevera con antelación. Si puedes, mantenlo fuera durante 2 o 3 horas.
2. Límpialo. Si lo has comprado, retira la gomita que traerá en las patas y guárdala para más adelante. Retira las plumas y demás “regalitos” que suelen traer los pollos. Pero ojo, nada de agua. “Limpieza en seco”, con la manita, con unas pinzas o con un soplete de cocina.
3. Sálalo generosamente por fuera y por dentro. El pollo debe quedar bien saladito. Úntalo con aceite (por dentro y fuera). Añade también las especias (por dentro y fuera). Masajea el pollo para que todo se integre a la perfección. Corta el limón por medio e introduce una mitad en su interior.
4. Junta las patas traseras y átalas cerrando también el culete. Puedes hacerlo con la misma cuerda que suelen traer los pollos. La idea es que el pollo quede cerrado para que no se seque.
5. Precalienta el horno a 180ºC con calor arriba y abajo (sin ventilador) durante 10 o 15 minutos.
6. Corta la punta del otro medio limón (fíjate en la imagen). La idea es que sea un apoyo estable para el pollo durante buena parte de la cocción y que aporte un extra a la salsa. Colócalo en la mitad de una bandeja apta para el horno con lo más ancha mirando hacia arriba.
7. Coloca el pollo apoyado en el limón con las pechugas mirando hacia abajo. Hornea durante 60 minutos.
8. Dale la vuelta al pollo con cuidado. Vuelve a colocarlo encima del limón. Riégalo con sus jugos. Hornea 30 minutos más.
9. Pon el modo grill. Gratina el pollo durante 5 minutos para que quede dorado y crujiente

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