Preparación de pimientos:
Corta los pimientos por la mitad a lo largo. Retire las semillas y los filamentos internos, luego corte cada mitad en tiras de unos 2 cm de ancho.
Preparando la sartén:
Calienta el aceite de oliva virgen extra en una sartén antiadherente grande a fuego medio-alto. Añade los dientes de ajo picados y deja que se doren un poco para darle sabor al aceite.
Cocinar los pimientos:
Agrega las tiras de pimiento a la sartén y extiéndelas para que queden en una sola capa. Cocine durante unos 5 a 7 minutos, volteando ocasionalmente, hasta que los pimientos estén tiernos y ligeramente dorados en los bordes.
Condimentar y gratinar:
Sazona los pimientos con sal y pimienta negra recién molida al gusto.
Espolvorea los pimientos con una generosa cantidad de pan rallado y queso rallado. Revuelva suavemente para que el condimento se adhiera a los pimientos.
Gratinado en sartén:
Cubre la sartén con una tapa y continúa cocinando a fuego medio-bajo durante otros 5 minutos, hasta que el pan rallado esté crujiente y el queso se derrita.
Servicio:
Transfiera los pimientos gratinados a una travessa para servir. Espolvoree con perejil fresco picado, si lo desea, para una presentación más colorida y sabrosa.
Sirve los pimientos gratinados calientes como deliciosa guarnición para acompañar carnes o pescados, o incluso solos como aperitivo.
Sugerencias:
Puedes añadir otros aromas como pimiento rojo triturado o romero fresco durante la cocción para variar el sabor de los pimientos gratinados.
Si prefieres una versión más crujiente, puedes transferir los pimientos gratinados debajo de la parrilla del horno durante 1-2 minutos al final de la cocción.
Estos pimientos fritos gratinados son sencillos de preparar pero llenos de sabor, ideales para una guarnición rápida y sabrosa que le encantará a toda la familia. ¡Disfrute de su comida!