- Preparar los Ingredientes: Pela y pica finamente la cebolla colorada y los dientes de ajo. Corta los tomates secos en trozos pequeños.
- Cocinar el Pollo: En una sartén grande, calienta un poco de aceite a fuego medio. Sazona las pechugas de pollo con sal, pimienta y orégano seco al gusto. Cocina las pechugas en la sartén hasta que estén doradas por ambos lados y completamente cocidas en el centro, unos 6-8 minutos por lado. Retira el pollo de la sartén y resérvalo en un plato.
- Preparar la Salsa: En la misma sartén, añade un poco más de aceite si es necesario y sofríe la cebolla y el ajo picados hasta que estén tiernos y fragantes, unos 2-3 minutos.
- Incorporar los Tomates Secos: Agrega los tomates secos y cocina durante 1 minuto, mezclando bien con la cebolla y el ajo.
- Añadir el Caldo y la Crema: Vierte el caldo y la crema de leche en la sartén. Revuelve para combinar y deja que la mezcla hierva a fuego lento durante unos 5 minutos, permitiendo que la salsa se reduzca ligeramente.
- Incorporar el Parmesano: Ralla el queso parmesano y agrégalo a la salsa. Remueve hasta que el queso se derrita y la salsa esté suave y cremosa.
- Reintegrar el Pollo: Coloca las pechugas de pollo nuevamente en la sartén, cubriéndolas con la salsa. Cocina a fuego lento durante unos 5 minutos para que los sabores se mezclen bien.
- Servir: Prueba la salsa y ajusta la sal y la pimienta si es necesario. Sirve el pollo con la salsa cremosa por encima. Puedes acompañarlo con pasta, arroz o una ensalada fresca.
¡Listo! Ahora tienes un delicioso plato de Pechuga de Pollo en Salsa Cremosa de Ajo Parmesano que seguramente impresionará a todos.
Consejos
Aquí tienes cuatro consejos para perfeccionar tu Pechuga de Pollo en Salsa Cremosa de Ajo Parmesano:
- Marinar el Pollo: Para darle más sabor al pollo, marínalo previamente con sal, pimienta, un poco de orégano seco y un chorrito de aceite de oliva. Deja reposar en el refrigerador durante al menos 30 minutos antes de cocinarlo. Esto ayudará a que el pollo tenga más sabor y se mantenga jugoso.
- Uso del Caldo: Si deseas una salsa más rica y sabrosa, utiliza caldo de pollo casero en lugar de caldo comercial. Esto aportará un sabor más profundo y natural a la salsa.
- Controlar la Temperatura de Cocción: Cocina el pollo a fuego medio para evitar que se dore demasiado rápido por fuera y quede crudo por dentro. Asegúrate de que el pollo alcance una temperatura interna de al menos 75°C (165°F) para garantizar que esté bien cocido.
- Agregar un Toque de Frescura: Justo antes de servir, puedes añadir un poco de perejil fresco picado o albahaca sobre el pollo para darle un toque fresco y aromático. Esto no solo mejora la presentación del plato, sino que también aporta un contraste de sabores muy agradable.