- Preparación del pollo: Comienza limpiando bien los muslitos de pollo, retirando cualquier exceso de grasa o piel si es necesario. Sécalos con papel de cocina.
- Marinada con cerveza: En un bowl o recipiente grande, coloca los muslitos de pollo y agrégales la cerveza, los ajos picados, la hoja de laurel, sal y pimienta al gusto. Asegúrate de que todos los muslitos estén bien cubiertos con la marinada. Deja reposar en la nevera durante al menos 2 horas. Para un sabor más intenso, puedes dejarlos marinar durante toda la noche.
- Freír el pollo: Calienta una cantidad generosa de aceite en una sartén profunda a fuego medio-alto. Una vez caliente, retira los muslitos de la marinada, escurriéndolos bien, y fríelos en el aceite hasta que estén dorados y crujientes por fuera, y cocidos por dentro. Este proceso puede tardar entre 10 y 15 minutos, dependiendo del tamaño de los muslitos.
- Escurrir y servir: Coloca los muslitos fritos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Sirve caliente, acompañado de una guarnición de tu elección, como papas fritas, ensalada o arroz.
Consejos adicionales:
- Toque de hierbas: Si deseas agregar un toque extra de sabor, puedes añadir romero o tomillo fresco a la marinada. Estas hierbas complementarán perfectamente el sabor del pollo y la cerveza.
- Cerveza oscura: Para un sabor más robusto, prueba usar una cerveza oscura en lugar de una rubia. La cerveza oscura aportará notas caramelizadas y un perfil de sabor más profundo al plato.
- Rebozado crujiente: Si prefieres un rebozado aún más crujiente, puedes pasar los muslitos por harina antes de freírlos. Esto le dará una capa extra crujiente que será difícil de resistir.
- Salsas para acompañar: Considera servir estos muslitos de pollo con una salsa de mostaza y miel o una salsa picante. Ambas opciones resaltarán el sabor del pollo y harán de este plato un éxito asegurado.
¡Disfruta de este exquisito plato muy apetecible!
