Tritura las galletas de chocolate durante unos segundos para utilizar en la base.
Corta la mantequilla en cuadrados y ponlos dentro de una olla o recipiente para derretir sobre el fuego o a baño María.
Mezcla las galletas de chocolate trituradas con la mantequilla fundida hasta formar una pasta. Posteriormente, colócala sobre la base de un molde previamente cubierto con papel aluminio o mantequilla. Aplasta con tus manos o con el dorso de una cuchara y lleva a la nevera durante 20 minutos.
Al transcurrir los 20 minutos, retira de la nevera y pon el helado de fresa sobre la base de galletas de chocolate. Esparce con una cuchara humedecida en agua y lleva al congelador durante 30 minutos.
Mientras coloca en un recipiente 8 cucharadas de agua a temperatura ambiente y agrega la gelatina o grenetina sin sabor en forma de lluvia. Remueve con una cuchara y deja reposar durante 10 minutos. Transcurrido los 10 minutos, funde a baño María o en el microondas. Reserva.
Mezcla la leche condensada y el queso crema con una batidora y vierte sobre el helado de fresa. Lleva al congelador durante 30 minutos o hasta que se afirme. Desmolda y corta en porciones.
En la imagen se muestra otra capa de helado sobre la base que no es el de fresa, sino de dulce de leche. Si lo deseas puedes hacerlo como te enseñé yo, o bien, incorporar una tercera capa e incluso intercalar sabores, siempre y cuando, coloques la capa de queso crema en la superficie del molde