- Preparar el molde: Precalienta el horno a 180°C (350°F). Engrasa un molde para pastel de aproximadamente 20 cm de diámetro y cúbrelo con un poco de harina o usa papel para hornear en la base.
- Batir los huevos: En un tazón grande, bate los huevos con el azúcar hasta que la mezcla esté espesa y de color pálido. Esto puede tardar unos 5-7 minutos con una batidora eléctrica a velocidad media-alta.
- Incorporar los líquidos: Agrega el yogur, el aceite y la esencia de vainilla a la mezcla de huevos batidos. Sigue batiendo hasta que todo esté bien combinado.
- Añadir los ingredientes secos: Tamiza la harina, el almidón de maíz, el polvo de hornear y la sal, y agrégalo a la mezcla anterior. Bate a baja velocidad o mezcla con una espátula hasta que la masa esté homogénea.
- Montar la nata (opcional): Si decides usar nata o crema para batir, bate la nata hasta que esté espesa y con picos firmes. Luego, incorpórala suavemente a la mezcla del pastel con una espátula, en movimientos envolventes. Esto le dará una textura más aireada y cremosa al pastel.
- Hornear: Vierte la mezcla en el molde y hornea durante unos 25-30 minutos o hasta que al insertar un palillo en el centro, este salga limpio. El pastel debe verse dorado en la parte superior y debe estar firme al tacto.
- Dejar enfriar: Deja que el pastel se enfríe completamente en el molde antes de desmoldarlo. Esto ayudará a que no se rompa.
- Decorar: Una vez enfriado, puedes decorar el pastel con frutas frescas, mermelada de frutas, o incluso espolvorear un poco de azúcar glas por encima.
Consejos:
- Si prefieres un pastel más ligero, puedes usar yogur griego bajo en grasa.
- Si te gusta el pastel más dulce, puedes aumentar la cantidad de azúcar según tu gusto.
- Puedes añadir un poco de limón o naranja en la mezcla para darle un toque cítrico y fresco.
Este pastel es perfecto para servir como postre después de una comida o para celebrar una ocasión especial. ¡Espero que lo disfrutes!