– En un bol grande, mezcla la harina, el queso rallado, la levadura, la sal y el azúcar.
– Agrega el huevo, la leche tibia y la mantequilla derretida. Mezcla hasta formar una masa homogénea.
– Amasa la masa en una superficie enharinada durante unos minutos, hasta que esté suave y elástica.
– Cubre la masa y déjala reposar durante 1 hora, o hasta que duplique su tamaño.
– Precalienta el horno a 180°C (350°F).
– Forma pequeños pancitos con la masa y colócalos en una bandeja para horno.
– Hornea por 20-25 minutos, o hasta que estén dorados.