Procedimiento
- En un recipiente, vamos a colocar la leche junto el azúcar y la levadura. Mezclamos bien.
- Agregamos los huevos, el aceite y la cucharadita de sal. Mezclamos para integrar.
- Incorporamos poco a poco la harina,y agregamos el vinagre.
- Vamos a mezclar con la ayuda de una cuchara y luego agregaremos los otros 120 gramos de harina a la masa. Volcamos sobre la mesada para comenzar a amasar.
- Amasamos, abrimos la masa y agregamos la manteca a punto pomada. Al principio costará un poco integrarla a la masa, pero no te preocupes, ¡lo lograrás!
- Terminamos de integrar la manteca, ponemos la masa en un recipiente grande y tapamos con film. Dejamos reposar por unos 40 minutos.
- Pasado este tiempo amasaremos nuevamente y estiraremos la masa formando un rectángulo.
- Pincelamos con los 100 gramos de manteca derretida por sobre toda la superficie.
- Doblamos la masa por la mitad como si fuese un sobre y pincelamos nuevamente.
- Doblamos nuevamente y pincelamos otra vez. Repetimos la operación hasta terminar con toda la manteca.
- Luego tapamos la masa y dejamos reposar por 15 minutos.
- Pasado este tiempo, estiramos la masa y la cortamos en tiras. Luego tomaremos cada una de esas tiras, las torceremos y formaremos como rosquitas.
- Acomodaremos las rosquitas en una placa para horno, que tenga como base papel manteca. Pincelamos la superficie con una mezcla de yema de huevo y leche. Si lo deseamos podemos rociar con alguna semilla, como por ejemplo de anís, sésamo o amapola.
- Llevamos a horno precalentado en unos 180°C por unos 30 minutos, o hasta que veamos la superficie dorada.
- Luego retiramos del horno y si lo deseamos, espolvoreamos con azúcar impalpable.
¡No podrás creer la textura de estas rosquitas de pan súper esponjosas! Se deshacen en tu boca, suaves y llenas de sabor.