En un recipiente, combina 350 ml de agua a temperatura ambiente, 1 cucharada de azúcar y 8 gramos de levadura seca. Tapa y deja reposar durante 5 minutos.
Agrega 25 ml de aceite de girasol y tamiza 500 gramos de harina por un colador. Este paso es esencial para lograr una textura suave en el pan.
Combina los ingredientes hasta obtener una masa viscosa y pegajosa. Cubre el recipiente y deja reposar en un lugar cálido durante 1 hora.
Después de 1 hora, mezcla la masa durante 30 segundos. Cubre nuevamente y deja reposar durante 30 minutos.
Espolvorea la mesa con harina y estira la masa para formar una capa rectangular. Dobla la masa y cúbrela con un bol, dejándola reposar 10 minutos.
Espolvorea la mesa con harina nuevamente y estira la masa. Luego se puede dar la forma que quieras.
Coloca la masa en una fuente para horno adecuada y realiza cortes decorativos. Hornea a 230°C (446°F) durante 30-40 minutos.
Una vez horneado, deja enfriar un poco antes de cortar y disfrutar de tu pan casero. ¡El aroma y sabor te transportarán a una panadería alemana!