+ INGREDIENTE PARA LA RECETA.
100 ml de leche
100 ml de agua
1 cucharadita de sal
250 g de fécula de yuca (polvilho dulce o agrio, también conocido como tapioca)
60 ml de aceite vegetal (puedes usar aceite de oliva si prefieres)
1 huevo
150 g de queso rallado (puedes usar queso parmesano, mozzarella, o una mezcla de ambos)
+ MODO DE PREPARACIÓN.
– En una cacerola pequeña, coloca la leche, el agua, el aceite y la sal. Calienta a fuego medio hasta que la mezcla comience a hervir. Una vez que hierva, retira del fuego.
– En un bol grande, añade la fécula de yuca. Vierte la mezcla caliente de leche y agua sobre la fécula y revuelve bien con una cuchara de madera. La masa resultante puede parecer pegajosa o algo grumosa, lo cual es normal en este punto.
– Deja reposar la mezcla unos minutos hasta que esté a una temperatura que puedas manipular sin riesgo de quemarte.
– Agrega el huevo a la mezcla y amasa con las manos hasta que esté bien incorporado. Esto ayudará a que la masa se vuelva más suave y manejable.
– Añade el queso rallado a la masa y sigue amasando hasta obtener una textura homogénea y suave. Si la masa se siente demasiado líquida, añade un poco más de fécula de yuca para ajustarla.
– Precalienta el horno a 180°C (350°F). Unta tus manos con un poco de aceite para evitar que la masa se pegue y forma bolitas del tamaño de una nuez. Colócalas en una bandeja para hornear previamente engrasada o cubierta con papel para hornear, dejando un espacio entre cada bolita, ya que crecerán al hornearse.
– Hornea durante 20-25 minutos o hasta que los panes estén ligeramente dorados en la superficie. Deberán tener un exterior crujiente y un interior suave.
– Deja enfriar ligeramente antes de servir, aunque se recomienda comerlos calientes para disfrutar mejor su textura y sabor.
