- Comenzá revisando las sardinas que la pescadería ha limpiado correctamente, asegurándote de quitar cualquier espina restante. Rocialas con unas gotas de limón o vinagre y espolvorealas con sal gruesa. Dejálas reposar en la heladera mientras preparás el resto de los ingredientes.
- Cortá las papas en rodajas finas y distribuilas en una bandeja para horno. Añadí la cebolla y el pimiento rojo cortados en juliana. Salpimentá a gusto.
- Rociá las verduras con 2 cucharadas de aceite de oliva y agregá un vaso pequeño de vino blanco. Mezclá bien para que todos los ingredientes se impregnen del sabor.
- Precalentá el horno a 180°C (360°F) y horneá las verduras durante 30-35 minutos, hasta que las papas estén tiernas.
- Mientras las verduras están en el horno, picá finamente los 3 dientes de ajo y el perejil fresco. Reservalos.
- Una vez que las papas y las verduras estén cocidas, sacalas del horno y colocá las sardinas por encima. Distribuí el ajo y el perejil picados sobre las sardinas.
- Aumentá la temperatura del horno a 200°C (390°F) y horneá las sardinas durante 10 minutos, o hasta que estén bien cocidas.
Consejos:
- Asegurate de que las sardinas estén bien limpias para evitar cualquier molestia al comerlas. Podés pedirle a tu pescadero de confianza que las limpie adecuadamente.
- El vino blanco le da un sabor especial a las verduras, pero si preferís, podés usar caldo de pescado o de verduras como alternativa.
- Para un toque extra de sabor, podés agregar rodajas de limón sobre las sardinas antes de hornearlas.
Esta receta de sardinas al horno es una excelente manera de incorporar pescado azul en tu dieta, aprovechando sus beneficios nutritivos y disfrutando de un plato delicioso.