Los niños pequeños, los ancianos y las personas con sistemas inmunitarios debilitados pueden contraer sarna en la cabeza, el cuello, las palmas de las manos y las plantas de los pies. En personas inmunodeprimidas, una forma altamente contagiosa llamada sarna costrosa puede causar una erupción escamosa en codos, rodillas, manos y pies.
Según el NHS, el número de casos de personas afectadas por la infección que fueron diagnosticadas en hospitales de todo el país supera los 3.600.
Según la profesora Kamila Hawthorne, presidenta del RCGP, muchas personas que experimentan los síntomas se niegan a buscar ayuda médica debido al estigma social que rodea a la infección. Añadió que el número de diagnósticos médicos de cabecera estaba por encima de la media de los últimos cinco años y seguía aumentando, con un aumento repentino de casos en el norte de Inglaterra.
“Si bien no es una afección grave, la sarna puede causar mucha picazón e irritación”, dijo.
“Si no se trata adecuadamente, puede propagarse y aumentar el riesgo de complicaciones del paciente, como infecciones cutáneas secundarias, o empeorar afecciones cutáneas existentes”.
Una de las razones del brote de sarna, a pesar del estigma social asociado a ella, es la escasez de tratamiento.
