- Calentar la leche: En una cacerola, vierte el litro de leche y caliéntala a fuego medio. No es necesario que hierva, solo que esté bien caliente, aproximadamente a 85°C si tienes un termómetro. Este es el punto en el que la leche empieza a soltar vapor y se forman pequeñas burbujas en los bordes.
- Agregar el jugo de limón: Una vez que la leche esté caliente, retírala del fuego y agrega las 4 cucharadas de jugo de limón. Remueve suavemente con una cuchara de madera para que el jugo se distribuya uniformemente. Verás cómo la leche comienza a cuajar casi de inmediato.
- Formar el queso: Deja reposar la mezcla durante 2-3 minutos para que el proceso de cuajado se complete. La leche se separará en una parte líquida (suero) y una parte sólida (cuajada). La cuajada será la base de tu queso cremoso.
- Colar el suero: Coloca un colador fino o una tela de queso sobre un bol grande y vierte la mezcla en él para separar la cuajada del suero. Deja escurrir durante 1-2 minutos. Cuanto más tiempo dejes escurrir, más firme será el queso.
- Agregar sal (opcional): Si prefieres un queso con un toque de sal, añade una pizca mientras la cuajada aún está en el colador y mezcla bien. Esto realzará el sabor del queso sin opacar su frescura.
- Batir hasta obtener la textura deseada: Transfiere la cuajada a un bol y bate con un tenedor o una espátula hasta obtener una textura suave y cremosa. Si lo deseas más cremoso, puedes añadir una cucharada de crema o yogur natural.
- Refrigerar y servir: Una vez que el queso tenga la consistencia deseada, guárdalo en un recipiente hermético en el refrigerador. Se mantendrá fresco durante 3-4 días. Disfrútalo untado en tus tostadas favoritas, como dip para verduras, o incluso como relleno para sándwiches.
Este queso cremoso untable es tan fácil de hacer que no volverás a comprarlo en la tienda. ¡Además, puedes personalizarlo con hierbas, especias o ajo para darle tu toque especial!
Consejos
Aquí tienes cuatro consejos para que tu queso cremoso untable quede perfecto:
- Usa leche entera: Para obtener un queso más cremoso y con mejor sabor, utiliza leche entera en lugar de leche desnatada o baja en grasa. La grasa de la leche es fundamental para conseguir una textura suave y rica.
- Controla la temperatura de la leche: Si tienes un termómetro de cocina, calienta la leche hasta los 85°C para obtener un cuajado óptimo. Si la leche está demasiado caliente o fría, es posible que no se separe correctamente.
- Ajusta la acidez según el gusto: Si prefieres un queso con un sabor más suave, reduce ligeramente la cantidad de jugo de limón. Si te gusta un sabor más intenso, puedes agregar una cucharada adicional.
- Personaliza el sabor: Una vez que tengas la base del queso, experimenta agregando hierbas frescas, ajo picado, o incluso un poco de pimienta negra para darle un toque especial y adaptarlo a tus gustos.