Nadie cree que lo hago! ¡Sin azúcar! ¡Sin dolor! ¡Sin horno, sin gelatina!


En un bol, combine la ricota blanda, el azúcar glas, la mantequilla blanda y el cacao en polvo. Mezcla bien hasta obtener una consistencia uniforme.

Agrega el maní tostado a la mezcla y vuelve a mezclar. Coloque el recipiente en el congelador durante aproximadamente 1 hora para facilitar su manipulación.

Pasada una hora, saca la masa del congelador y dale forma de bolitas redondas. Vuelve a meterlos en el frigorífico durante 10 minutos.

Mientras tanto, derretir el chocolate al baño María o en el microondas. Agrega el aceite vegetal al chocolate derretido y mezcla bien.

Toma las bolitas de ricotta y sumérgelas en el chocolate derretido asegurándote de que queden completamente cubiertas. Escurrirlas para quitar el exceso de chocolate.

Coloca las bolitas en una bandeja forrada con papel de horno y déjalas enfriar hasta que solidifique el chocolate.

¡Tus chocolates de ricota y maní están listos para disfrutar! Guárdalos en el frigorífico y disfrútalos cuando quieras algo dulce y cremoso. ¡Disfrute de su comida!

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