Su hija Valentina estaba en los hombros de la empleada, ambas cantando una canción infantil mientras lavaban los trastes juntas. La niña reía de una manera que él no veía hacía meses. “Ahora tallas bien aquí abajo, princesa”, decía Carmen, la empleada, guiando las pequeñas manos de la niña. “Asimismo, qué niña tan inteligente eres.” “Tía Carmelita, ¿puedo hacer burbujas con el jabón?”, preguntó Valentina con una voz cristalina que Carlos pensó haber perdido para siempre.
El empresario sintió temblar las piernas. Desde que Daniela había partido víctima de un accidente automovilístico, Valentina no pronunciaba una sola palabra. Los mejores psicólogos infantiles del país aseguraban que era normal, que la niña necesitaba tiempo para procesar la pérdida. Pero allí, en esa cocina, ella conversaba naturalmente como si nada hubiera pasado.
Carmen notó su presencia y casi dejó que la niña se resbalara de sus hombros. Señor Carlos, no esperaba que usted comenzó a explicarse claramente nerviosa. Papá, gritó Valentina, pero inmediatamente se encogió como si hubiera hecho algo malo. Carlos salió corriendo hacia la oficina, cerrando la puerta de golpe detrás de él. Sus manos temblaban mientras servía un vaso de whisky.
Inversiones financieras
La escena que acababa de presenciar lo perturbaba de una manera que no podía comprender cómo había logrado esa joven en pocos meses lo que él no había podido hacer, cómo su propia hija hablaba con la empleada de una manera que ya no lo hacía con él. Querido oyente, si está disfrutando de la historia, aproveche para dejar su like y sobre todo suscribirse al canal.
⬇️Para obtener más información, continúa en la página siguiente⬇️
Aby zobaczyć pełną instrukcję gotowania, przejdź na następną stronę lub kliknij przycisk Otwórz (>) i nie zapomnij PODZIELIĆ SIĘ nią ze znajomymi na Facebooku.
