Bate los huevos en un recipiente amplio y sumerge las pechugas de pollo. Luego, en otro bol coloca el pan rallado en su totalidad y procede a pasar con mucho cuidado las supremas hasta que se impregnen completamente y queden bien cubiertas de pan.
Pon abundante aceite en una sartén o wok y lleva a fuego medio. Una vez caliente, coloca las supremas de pollo de a una o dos y deja que se cocinen durante aproximadamente ocho minutos, dándolas vuelta a mitad de tiempo.
Al retirarlas colócalas sobre papel absorbente y tápalas con un paño o una cacerola dada vuelta para que se mantenga el calor.
En otra sartén, derrite la manteca y añade la harina, mezclando siempre muy bien con una cuchara de madera para que no se pegue ni se formen grumos. Después, incorpora la leche caliente de a poco y el cubo de caldo de verduras previamente desintegrado con los dedos.
Cocina muy bien durante tres minutos sin dejar de revolver hasta que rompa hervor. Luego, pon las supremas fritas en una placa apta para horno y cubre con la salsa bechamel. Espolvorea todas con queso rallado parmesano y llevalas a que se gratinen en el horno.
