- Preparar el calabacín: Lava y pela el calabacín. Luego, rállalo finamente para que se mezcle bien con la avena.
- Cocinar la avena: En una cacerola, agrega la avena y la leche (puedes usar agua si prefieres una versión más ligera). Cocina a fuego medio, removiendo constantemente, hasta que la avena absorba la leche y adquiera una consistencia cremosa (aproximadamente 5-7 minutos).
- Añadir el calabacín: Cuando la avena esté casi lista, agrega el calabacín rallado. Cocina por otros 3-4 minutos, removiendo bien, hasta que el calabacín se haya ablandado y se haya integrado en la mezcla.
- Sazonar: Agrega la canela, la miel o el sirope de agave, y la esencia de vainilla si lo deseas. Mezcla bien para que todo se incorpore.
- Servir: Sirve la avena en tazones y decora con frutas frescas (plátano, manzana, fresas, etc.), nueces o semillas (como almendras o chía) para darle un toque extra.
¡Y listo! Ahora tienes una receta deliciosa, nutritiva y perfecta para disfrutar todos los días. La combinación de avena y calabacín es muy sabrosa, además de ser llena de fibra, vitaminas y minerales. ¡Espero que te guste!